Zacarías Barbero

Vivió entre 1905 y 1995 y es el personaje central de Zacarías, un arriero en Las Hurdes. A través de sus vivencias se describen las de una comarca durante una centuria. Haciendo honor al título del libro, aquí se deja constancia de lo que significaba ser arriero en aquellos años.

“Para ser arriero lo primero es ser valiente, arrochao y no temerle a nada; tener una buena caballería y estar dispuesto a pasar las noches sin dormir detrás de un mulo. Tener la sangre fría para sortear los tricornios de los civiles, que constantemente baten los fragosos bosques y las entriscadas sierras hurdanas».

«Otras veces, lloviendo, se tié que echar una manta a la cabeza, que se carga de agua y no hay quien la mueva. Nunca falta una piel de cabra encima de la albarda. Protege de la lluvia mejor que las mantas. Mi abuelo me dice que siempre va bien preparao, con sombrero de paño negro, chambra azulá, pantalones de pana, bordeguines de hebillas y cachera de nogal».

«Nunca usa reloj. De madrugada, canta el gallo; de noche, asoman las siete estrellas o, como solemos decir, el carro o las cabrillas, y en poco rato viene el día; al amanecer, el lucero. Por el día se guía por las sombras de las montañas. Cuando estas se alargan y llegan a las cumbres, la noche se abre paso. Si está nublao, canta el pelizqui”.

 

Ver: Francisco Barbero. Zacarías, un arriero en Las Hurdes (Catálogo AlmaHurdes 2022).



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