
SALIDA DE LAS MESTAS
«Muy de mañana los viajeros comienzan su camino. La trocha de cantos rodados sigue el perfil del río durante unos cientos de metros, luego se opina bruscamente y para trepar hay que echar mano a los matojos que bordean la senda. Abajo, en lo hondo, en el Vado Morisco, el arroyo Lagarteras brilla herido por los primeros rayos del sol. Las enormes y rodadas piedras que hay en toda la vertiente parece que hubieran caído ayer mismo desde las cumbres. La cuesta se empina más buscando la crestería de un pinar nuevo.
«El paisaje se aprieta, es duro; retamas, pinos, jaras, chaparros. Entre las grandes piedras peladas árboles raquíticos. Lagartos y lagartijas».
Armando López Salinas y Antonio Ferres. «Caminando por Las Hurdes». Seix Barral 1960. Pág. 42.
