CASARES DE HURDES
«El pueblo de casa es apoyar sus espaldas en el lomo labrador. Los viajeros callejear un rato. Hay casas de dos plantas, algunos con balcón de madera. Otras, de mampostería y piedras casadas con trocitos de cantos y argamasa el paisaje del pueblo no espantes son como el de otras cacerías. En algunas puertas hay cortinas días a retirar o desde la blanca remendada. Alguna calle está en pedrada con cantos puntiagudos. En la plaza con estudiar una cosa grande una casa grande de dos plantas que va a tener un reloj. Una vieja les dice:
– Va a ser el Ayuntamiento, va a tener reloj.
«En la taberna venden gaseosas, vino y coñac. Hay dos mesas cubiertas con hules viejos, descascarillados, que tienen figuras de moros de color azul y huríes del Profeta».
Armando López Salinas y Antonio Ferres. Caminando por las Hurdes. Seix Barral 1960. Pág. 147.
