Situada cerca del pueblo de Casares de Las Hurdes, esta presa y sus inmediaciones ofrecen un insólito paraje, que algunos denominan lunar por las grandes formaciones de roca virgen y montañas que dominan este rincón. A través de la pista que conduce a la presa aparecen las distintas alquerías enclavadas en el valle.
El río Hurdano se retuerce como una larga serpiente intentando abrirse paso entre lo escarpado del relieve, originando unos meandros de un alto valor paisajístico. En todo su recorrido abundan las terrazas o bancales construidos por los lugareños sobre el terreno pizarroso, que otorgan a la zona un aspecto pintoresco, aparte de su valor histórico y vital para los hurdanos.
La vista de la presa, como formada por el abrazo de dos grandes montañas, parece salida de otro planeta: la roca virgen juega con el verde del paisaje de una manera insólita.
Además, en su recorrido se encuentra “El Mirador de la Pregonera”, un impresionante balcón en lo alto de una de las formaciones de roca desde donde cabe contemplar diversas perspectivas de este valle.