![Melinda Martín Imagen 1](https://www.almahurdes.com/wp-content/uploads/2023/02/Melinda-Martin-Imagen-1.webp)
Pese a todo –las ausencias, el trabajo y la muerte–, su vida ha sido feliz. Su memoria evoca detalles que expresan la sencillez y la hondura de quien no necesitó leer y escribir para mostrar todas las emociones que surcan su rostro.
Melinda Martín Gil nació (12 de marzo de 1922) en Ciudad Rodrigo, pero, antes de cumplir un año, ya había vivido en Riomalo de Arriba y, previa vuelta al hospicio, en Cerezal. Tres madres en solo un año. En su tercera familia, la de Pedro y Gregoria, encontró a dos hermanas, hijas biológicas del matrimonio, y a tres hermanos, pilos como ella. Al cabo de los años, casada con Emilio Iglesias, crió a nueve hijos.
De su vida recuerda:
- “Me sacaron de la escuela para guardar las cabras”.
- “Se tenía una mudita de quita y pon. No había pijama, dormíamos con la camisina. Luego, ya empezó a haber sábanas”.
- “Daba mucha ansia ver a los militares (que se iban a la guerra), porque a lo mejor no volvían. Cuando pasó el tío Emilio, le di un beso. Entonces no éramos novios. Luego, me casé con él”.
- “Recién casada fui con mi marido a hacer cisco con carrascos de encina, de jara, de lentisco…”.
- “Las mujeres nos quedábamos en el pueblo con todo: la casa, las cabras, los hijos, los huertos…”.
- “Yo tenía una hija que, de muy pequeñita, cuidaba a los hermanos hasta que yo venía”.
- “El hijo más chico se me murió de 2 años con bronquitis. Otro, de 3 años, de sarampión. Y el mellizo, ya destetado también, de meningitis”.
Ver Las Hurdes, tierra de mujeres. Páginas 8 a 21. Publicado por la asociación cultural AlmaHurdes