María Guerrero Guerrero nació en 1903 dentro de una humilde familia dedicada a la caza y la pesca. Tuvo siete hermanos. Uno de ellos, Felipe, murió en la guerra civil. Otra, Paula, falleció a los 7 años.
“Su padre también murió a temprana edad. Al día siguiente del fallecimiento el cura del pueblo se presentó a cobrar el entierro. La familia no tenía dinero. Al ver una escopeta colgá detrás de la puerta, el cura decidió: ‘Me la llevo en prenda por la misa'».
«María solo pudo ir un tiempo a la escuela. A los 12 años la mandaron a servir a una casa a Valdelageve. Luego, atendió a una familia sin hijos en La Huerta. La querían como a una hija. Cuando se casó, le dieron de dote dos de sus mejores fincas: el güerto Guijo, de regadío, y el cercao del Cabezo, de olivos y frutales».
«Mi abuela me contaba que el momento más duro que pasó, siendo aún una niña, fue la separación de su madre y de sus hermanas. La llevaron a una casa con desconocíos. Tenía que hacer toas las faenas de la casa y, lo peor de to, la trataban como a una cria. Cuando lo contaba, no se me olvida, se le caían las lagrimas”.
Ver Francisco Barbero. Zacarías, un arriero en Las Hurdes (Catálogo AlmaHurdes 2022). Páginas 26 – 27.