Los viejos después de las particiones

“El viejo duerme hasta media mañana, se divierte en las fiestas, bebe algo de vino y, en la actualidad, cerveza, otro índice del reciente bienestar económico, quitándose tal vez el ronquillo con un trago de aguardiente. Se sienta el sol con los amigos, los pocos quintos son vivos, o con los consuegros, lo cual en su opinión es mucho menos gustoso. A la vuelta del paseo echa un cigarro (ya no se lía el tabaco en Las Hurdes) y busca compañeros para una partida “al tute”.

“Al viejo le gusta vivir solo mientras pueda valerse, y no quiere estar a meses porque si él ha “partío to el capital”, siempre se queda con el usufructo de la casa hasta que muera y allí está más a gusto porque es más libre. De vez en cuando se va a uno de sus antiguos huertos, lo mira, se acuerda del pasado, ¿herencia o compra?, ¿cuánto pidió el prestamista?, y piensa lo que le parece oportuno pensar de las modificaciones introducidas por el hijo o el yerno, pero se calla; las cosas que hay que decir se soltarán un día con la excusa del vino”.

(…) “Un día el viejo aparece muerto en su casa y eso es lo que él desea con más afán: que su muerte le pertenezca, que no se lo lleven, inútilmente, a la residencia sanitaria de Plasencia cuando llega la evidencia de la muerte y ya no hay remedio”.

(Maurizio Catani. La invención de Las Hurdes II. Cuadernos populares. Editora Regional de Extremadura. Pág. 41).

¿Quién fue Maurizio Catany?

Otras reflexiones de Maurizio Catani sobre Las Hurdes.



  Cómo llegar

Longitud:
Tiempo previsto:
Modalidad:
Tipo de sendero:
Dificultad:
Estado: