Las eras estaban relacionadas con el trabajo agrícola, pero también con la diversión y el encuentro entre los vecinos. Eran construcciones de enorme importancia para la economía de la comarca y, también, para el ocio de los vecinos. Lo explica Francisco Barbero: “En las Hurdes las eras estaban situás en lo alto de los cerros, donde cogieran bien las corrientes de aire. El solar se cubría con lanchas pizarrosas. El circulo se cerraba con lanchas picúas, clavás hasta la mitad con el fin de que no se saliera el grano. Las hacían entre familiares o vecinos; ca uno tenía una parte que, cuando se jubilaba, pasaba a sus herederos.
“En cuanto llegaba el tiempo caluroso era costumbre entre los mozos ir a dormir a las eras. Se hacían bromas. Al que se queaba dormío le ponían gorrones de piedra encima de la manta. Había que andá con mucho cuidao con los alacranes, que se criaban en los secarrales debajo de los cantos.
Se usaban también para comer la chiquitía y los quintos celebraban allí la antruajá en los años en que estuvo prohibida”.
Ver: Francisco Barbero. Zacarías, un arriero en Las Hurdes (Catálogo AlmaHurdes 2022). Páginas 67 – 69
