
Descripción
Refieren en leyendas que El Morcillu, al que también llaman Don Perico, era como un ser monstruoso que vivía en lo más profundo de las sierras, guardando sus rebaños de cabras.
Ocurrió que un año los hombres de Las Hurdes fueron llamados a una guerra que se dirimía fuera de sus fronteras, pasando mucho tiempo fuera y sin recibir noticias de ellos. Entonces, las mujeres los dieron por muertos y, como la necesidad aprieta, dieron en hacer unos atrevidos tratos con Don Perico, por lo que éste bajaba por las noches a los pueblos y se acostaba durante la jornada nocturna con más de media docena de ellas, ya que estaba bien dotado.
El Morcillu cuando se acostaba con las mujeres se convertía en un galán de una gran belleza y, cuando ya salía por la puerta y emprendía el camino de la sierra, volvía a su estado natural y monstruoso.
Un día llegaron los hombres al pueblo, se enteraron de lo ocurrido y fueron a buscar al Morcillu. Lo bajaron al pueblo, lo pasearon y lo quemaron en una gran hoguera. Mientras arde se forma una riña cantora entre mujeres y hombres, ya que las primeras lo defienden, y los segundos desean su muerte.

Aspecto Físico
Es un muñeco grande, revestido con ropas viejas que de la cintura para arriba es un barbado macho cabrío, con su cornamenta y cencerro, y de la cintura para abajo es un hombre con enormes atributos sexuales.
Todo él está conformado por helechos secos que van prensados dentro de sus raídas y sucias ropas. Va amarrado a una gran vara que sirva para pasearlo por las callejuelas. Todos los hombres que van con El Morcillu llevan sus manos y sus rostros llenos de tizne, y las mujeres de color rojo subido.
La autoría de esta guía de personajes del Entrueju Jurdanu*, promovida por el Centro de Documentación de Las Hurdes, corresponde a José Pedro Domínguez y a Félix Barroso. Las ilustraciones son obra de Fermín Solís.